Luna llena en Aries. Fuego en el cielo. 24/09

Foto de Toa Heftiba en Unsplash

Esta noche se enciende el cielo, el fuego de la Luna llena en Aries resplandecerá (si las nubes nos permiten verla) como lo hacen las Lunas en este elemento. El fuego de Aries es el nuevo, el que incita, es la rabia, el poder, la sexualidad, el éxtasis. La hoguera que durante las siguientes dos semanas (tiempo que dura el efecto de esta lunación) vamos a contemplar, es la que se consume y no alimentamos con más leños, porque es una de culminación. Aquella bajo cuyo efecto hipnótico hacemos el inventario de lo iniciado el 15 de abril con la Luna nueva en este signo. Cuando junto con las semillas de comienzos y renovación que fuimos regando, nos hicimos toda suerte de promesas.

Hoy a las 21:52 hrs., esta Luna llena expresará al arquetipo Aries, el signo más osado e individualista del zodiaco, cuyo lema es “Yo soy”, cuyo motor es exaltar su identidad personal y separarla del resto; cuyo afán es conquistar al mundo a título personal. Bajo esta influencia, como bestias salvajes en reposo, nos lameremos las heridas y contaremos las batallas ganadas. Las veces que logramos arrasar con las dificultades personales permitiéndonos mostrarnos tal cual somos, fieles a nuestra verdad.

La Luna simboliza los patrones instintivos y de respuesta, cómo nos acomodamos a las circunstancias y dónde encontramos seguridad. Esta Luna llena, nos obliga a fijar postura, a reafirmarnos y a preguntarnos si hemos reprimido o comprometido nuestra identidad para entonces tomar cartas en el asunto porque es el período bajo el cual recobramos nuestro poder.

Aquellas semillas sembradas en abril ahora dan frutos y brotan como una nueva conciencia acerca de lo que es más cercano a nuestro corazón, del camino que estamos destinados a seguir, lo que queremos y merecemos, porque venimos luchando meses por ello. Este proceso de legitimación tendrá tantos matices como impedimentos hayamos sorteado. Nos potencian o enaltecen o son resultado de la frustración y el desprecio. Sin importar de dónde vengan, nos validan y enorgullecen porque nos han costado luchas con nuestros dragones personales.

Esta Luna puede dolernos, la conjunción a Kirón, planeta que se asocia al sufrimiento en todas sus formas, a la vulnerabilidad y al miedo, puede remover y dejar expuestas profundas heridas del pasado. La luz implacable de la luminaria revela algo que estaba escondido debajo de la superficie, una debilidad o una situación que exigirá gran valentía. Pero Kirón es el curandero herido, al que si lo permitimos, ayuda a reparar nuestra vieja identidad para convertirnos en las personas que queremos ser.

Luego está la cuadratura con Saturno, planeta rudo, inflexible, que no perdona y no permite atajos. Nos constriñe y limita. Todo allá arriba apunta a que sea imposible evadir nuestras responsabilidades. A Aries no le gusta que lo restrinjan pero nada como un reto para encender la chispa y conectar con el coraje. En la frustración y en el esfuerzo constante encontraremos nuestras recompensas, como dice una amiga, pensemos en el premio, no hay que dejarse abrumar por la pesadumbre.

No olvidemos que esta es una Luna de cosecha que exige toda la honestidad y benevolencia hacia nosotros mismos ahora que toca hacer el recuento de nuestros logros y sí, también de los fracasos. Procuremos canalizar sabiamente nuestro enojo, nuestra voluntad y nuestro ímpetu. Que se encienda en nosotros, como en el cielo, el inagotable fuego de Aries, que nos inspira, que nos alienta a hacer lo necesario y trabajar lo doble, que ayuda a vencer cuanto obstáculo se presente en el camino y que no incluye en su vocabulario la palabra rendirse.

Quienes me conocen saben de mi debilidad por BoB Marley, entenderán que escoja Get up, stand up como la síntesis del espíritu Ariano. Así que pónganle.

¡Buenas Lunas!

 

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