#Acuario; Víctor Frankenstein y los secretos del cielo y la tierra.
@bestiecilla Dicen por ahí que para saber lo que pensará el mundo dentro de cincuenta años basta preguntarle a un Acuario lo que piensa hoy. Los nacidos bajo este signo están siempre un paso adelante, cambiando paradigmas y abriendo nuevos caminos. Idealistas y atrevidos, buscan siempre el conocimiento y van (¿demasiado?) lejos en esta búsqueda. Eso sí: suelen ser necios y rebeldes cuando tienen algo entre ceja y ceja.
Si de ideas fijas se trata, Víctor Frankenstein, el personaje principal de la novela Frankenstein, de Mary Shelley, se pinta solo. Su objetivo: nada más y nada menos que resucitar a los muertos.
La historia la conocemos todos: el joven Víctor, buscando descubrir el "elixir de la vida" y obsesionado con “los secretos del cielo y la tierra”, desarrolla durante su juventud una pasión por la química como vehículo para generar vida en materia inanimada. El resultado es Frankenstein, una miserable criatura formada de pedazos de cadáveres humanos (la técnica exacta que el doctor utiliza nunca es revelada en la novela, pero algo tiene que ver un relámpago que golpea un árbol en el momento de la muerte de su madre).
“¡Qué extraña cosa el conocimiento! Una vez que ha penetrado en la mente, se aferra a ella como la hiedra a la roca.”
Aunque muchas adaptaciones al cine o teatro han pintado al Doctor Frankenstein como un científico completamente fuera de sí, en su libro Shelley lo pone más bien como un hombre inteligente cuyas imprudencias lo conducen trágicamente a un destino fatal. Los Acuario navegan justo en esta frontera entre la genialidad y la locura: no por nada se trata, al mismo tiempo, del signo de los genios y de los pacientes psiquiátricos.
Los Acuario son altruistas, pero aman a la humanidad en abstracto. Cuando se sienten incomprendidos se vuelven fríos, no soportan a las personas y pueden perder piso. Defienden sus ideas (la vida eterna, el poder de la ciencia, los secretos de la humanidad) hasta límites insospechados, pero no les es fácil ver por los individuos en particular: jugando a Dios, Víctor Frankenstein crea a un ser desgraciado que no hace más que sufrir. ¿Qué sacrifica el doctor en su obsesión por crear vida? El monstruo se lo pregunta también:
“¡Maldito creador! ¿Por qué me hiciste vivir? ¿Por qué no perdí en aquel momento la llama de la existencia que tan imprudentemente encendiste?”