Por qué no debemos tenerle miedo a Saturno. 7 maneras de aprovechar lo que nos trae.

Bien se dice por ahí que todo depende del cristal desde el que se mira. Y tal es el caso del planeta Saturno, que el sábado se puso directo, después de 5 meses retrógrado desde el 25 de marzo.  En general, el sólo mencionarlo pone a temblar desde al más novato hasta al más experimentado en el mundo de la astrología, incluso a los simples aficionados.


Saturno es Kronos, el Dios del tiempo, el señor del Karma ¡cuando el destino nos alcance! dirían algunos. El que nos enfrenta con la realidad. Cuya naturaleza, según la tradición, se consideraba maléfica, pues se le asocia a las limitaciones, al retraso, a las restricciones, al dolor. Pero siempre hay dos lados a una historia y lo que Saturno nos ofrece es la posibilidad de aprender y enmendar, de corregir y enderezar.


Piensen un poco en cómo ha sido su vida.  Por ejemplo, cuando nos damos cuenta que nuestra pareja nos es infiel y nosotros hemos sido impecables o que en nuestro trabajo no aprecian nuestro esfuerzo y promueven a otro o cuando por confiarnos, no estudiamos para el exámen que nos va a permitir entrar a la universidad que queremos y no lo pasamos con la calificación que necesitábamos. Como las situaciones en las que hemos tenido que hacer un esfuerzo constante y la gratificación es poca, o llega a largo plazo es cuando recibimos las grandes lecciones de vida. Son momentos que recordaremos siempre, quizá hasta como un parte aguas.

Nadie quisiéramos que Saturno toque puntos importantes de nuestra carta, de ser posible nunca en nuestra vida. Pero así no funcionan las cosas. La vida es un ciclo y periódicamente nos llega un recordatorio de su parte, de que así como lo estamos haciendo, no lo estamos haciendo bien.  Que nos pongamos a hacer la tarea.


En el mundo moderno donde no tenemos tolerancia a la frustración, donde queremos gratificación instantánea, donde tienes acceso a todo lo que quieras con sólo pulsar un botón, está claro, que le tenemos aversión a todo lo que nos cueste trabajo.


Mientras Saturno, que obliga a darle estructura a todos nuestros planes, estuvo retrógrado, tuvimos que dar unos pasos hacia atrás y revisar nuestros proyectos.  Asegurarnos que lo que fuéramos a construir tuviera bases sólidas. Esto pudo traer consigo retrasos. A veces podemos adoptar patrones auto destructivos y malos hábitos. Afortunadamente nada dura para siempre.

Cuando un planeta se pone directo se queda en lo que se conoce como su "estación", es decir se esta quieto durante un tiempo en lo que ajusta los engranes para seguir adelante. Durante la "estación" pueden venir las últimas sacudidas. Y por si fuera poco, le sigue el período de sombra, que es cuando se acumulan los remanentes unas semanas más. La "estación" de Saturno dura hasta noviembre 19.

Esto no significa que nos debemos paralizar, al contrario, es hora de retomar. Va una lista de lo que debemos hacer para empezar a sacudirnos el efecto del estancamiento.

  • No esperar algo a cambio de nada, hay que ponerse a trabajar.
  • El trabajo debe ser duro, se ponen a prueba nuestras habilidades.
  • Buscar soluciones prácticas sin tomar atajos y salidas fáciles.
  • Rehacer nuestra lista de objetivos, que tengan que ver con lo que somos en este momento.
  • Aprovechar los retrasos y reflexionar acerca de lo ocurrido para obtener claridad en cuanto a situaciones y personas.
  • Asumir autoridad sobre nuestra  propia vida, tomar el control, nadie nos va a hacer la tarea.
  • Buscar el consejo de alguien con más experiencia que la nuestra, Saturno representa a las personas mayores.
  • Ser íntegros en todas nuestras acciones.

Todas y cada una de las dificultades que enfrentamos en estos períodos son necesarias para nuestro crecimiento. Debemos extraer, como el jugo de una toronja, el significado personal de la situación ante la que estamos. Esto nos va a enriquecer, nos va a completar. Saturno llega para ayudarnos a enfrentar nuestra cruda realidad y a hacer algo con ella.