Altares Planetarios para amor y abundancia.
Foto Dominique Peralta
Montar un altar es un ejercicio para atraer abundancia, amor y fuerza.
Lo más importante de esta práctica es que resuene contigo. Que te motive a fijar intenciones firmes para lo que sea que estas buscando. Es un espacio personal, sagrado, a través del cual honras tu proceso de auto conocimiento. Donde practicas la curación personal y donde se consagra aquello a lo que te dedicas y a dónde pones tu atención. Es importante que refleje tu personalidad, que resalte tus virtudes y manifieste tu presente.
Un altar es un espacio de invocación, evocación y manifestación.
Los antiguos astrólogos honraban a los siete planetas visibles. Cada planeta está asociado a temas únicos y experiencias de vida. Dos de las áreas que más interesan son el amor y la abundancia. Aquí les doy algunas sugerencias (tomadas del Picatrix) que están vinculadas a los dos planetas benéficos: Venus, la Diosa del amor y a Júpiter, el Dios de la abundancia. También a Marte, el Dios de la guerra, porque en estos tiempos necesitamos ser valientes y atrevernos en todos los frentes.
Hacerle una ofrenda significativa, (según la tradición o de simbolismo personal) al planeta correcto es importante. Igualmente será hacerlo en el momento preciso: montar el altar, la ofrenda y hacer la petición, para así captar tanto su poder como su energía.
El altar se diseña para que viva en una ventana de tiempo en la que el planeta se exprese a sus anchas. La intención debe ser clara para llamar su atención y así provocar un diálogo ingenioso con lo divino.
Los planetas tienen su día y hora planetaria.
Lunes = Luna. Venus = Viernes
Martes = Marte. Saturno = Sábado
Mercurio = Miércoles Sol = Domingo
Júpiter = Jueves
Pasos a seguir para montar el altar:
Escoger un rincón, una mesa, una repisa, un espacio limpio.
Montarlo el día del planeta.
Hacerlo durante la hora planetaria (de ser posible, no es indispensable). Aquí la liga a la calculadora planetaria. Asegúrense de poner su ubicación geográfica.
Reunir los objetos asociados al planeta.
Recitar el himno órfico (buscar en línea) o un texto que evoque las cualidades del planeta en cuestión.
Realizar todo el ritual con intención, convicción y firmeza.